jueves, 15 de mayo de 2008

Rubén Boggi

El torrente


Abre el agua un horizonte impío
en el valle oscuro
que la ampara.
No es de Dios esa lengua desatada,
que socava montañas
y caminos.

Viene por ti.
Te busca ansiosa,
Como busca
una mujer su primer hijo.

En la piedra ha quedado
una sonrisa vana.
No es de Dios.
Es de más lejos.
.

El agua
rompe las venas de la tierra,
y se abalanza como un tropel de lirios.

Viene por ti.
Por ti, que ya estarás muriendo,
estepa quejumbrosa y solitaria.

El agua viene
rompiendo los espejos de las cumbres.
Viene a fundar tu cuerpo
de la nada.
Tu cuerpo de magnolia evanescente.

Ya muerto,
tu cuerpo de humedad para siempre.

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