lunes, 6 de junio de 2011

El torrente

Abre el agua un horizonte impío
en el valle oscuro
que la ampara.
No es de Dios esta lengua desatada
que socava montañas
y caminos.
Viene por tí.
Te busca ansiosa,
como busca
la mujer su primer hijo.
En la piedra ha quedado
una sonrisa vana.
No es de Dios.
Es de más lejos.
El agua
rompe las venas de la tierra,
y se abalanza como un tropel de lirios.
Viene por tí.
Por tí, que ya estarás muriendo,
estepa quejumbrosa y solitaria.
El agua viene
rompiendo los espejos de las cumbres.
Viene a fundar tu cuerpo
de la nada.
Tu cuerpo de magnolia evanescente.
Ya muerto,
tu cuerpo de humedad para siempre.
Rubén Boggi (de "Oda Contemporánea y otros poemas)