sábado, 30 de agosto de 2008

Gerardo Burton-Barrio Hipódromo, Neuquén

1

elevan los cielos una plegaria oscura
cuando un cataclismo
despoja tibiezas de la piel lacerada


el viento mueve briznas de basura
en tiernos y penumbrosos
tugurios de olvido y soledad



2

el viento arde en las cicatrices de la meseta
y un dolor quieto que no hace sombra
baja con el barro del aluvión


las gentes andan casi desoladas
en el reflejo impiadoso
de la vida que otros les designan


con perseverancia de patrulla perdida
apenas mantienen su hambre
en la luminosidad vertical


(De Obra Junta, Gerardo Burton, 2007, edición de la secretaría de Cultura de Neuquén)

jueves, 7 de agosto de 2008

Rubén Boggi - La niña

La niña


La niña era rubia y caminaba por el sendero azul de las estrellas.
Su cuerpo ondulaba en la energía de la luz espiritual.

En los ojos del tiempo refulgía la piel del universo,
y la niña tenía la fiebre en el vientre, el sol clavado en las ancas de la aurora,
y caminaba entre las estrellas,
como una diosa rosada en el empedrado de la vieja calle del barrio,
y en cada mano llevaba un beso muerto.

La niña andaba grácil y liviana por los caminos perdidos de la mirada de los hombres.
Lejos de la carne ardiente,
lejos del humo infértil de las tardes cansadas.
Y su cabellera era una sonrisa complaciente y doméstica,
Y en el aliño del otoño su pelo era el hilo que cortaba en pedazos
la ciudad oscura del deseo.

La niña llevaba un beso muerto en cada mano para ofrendar al dios de las partidas permanentes,
de los olvidos insaciables,
de las lágrimas eternas.

La niña era mi niña.

La que supo amar, en el odio de los pantanos cenagosos de las tormentas.
La que quiso perder.
La derrotada.

Mi niña triste y muerta, en el cielo abierto como una herida,
por la que se va mi sangre, abandonada.

domingo, 3 de agosto de 2008

Macky Corbalán- poema

¿Quién se acerca
desde el vibrante labio del horizonte,
protegido por la cegadora luz blanca?

Quisiera creer que todos lo ven,
y lo esperan. (Pero ¿por qué lo pienso
en masculino? ¿Acaso mi mente puede leer
lo que se acerca y cuando esto es poderoso
lo imagina hombre?)
Miro a los costados,
nadie parece compartir mi digresión,
esta ansiedad, el aire de temor.


Se mueve detenido por la lejanía.


Aquí, en este lugar de la espera,
todo sigue igual: casas y tumbas se
chupan a los seres con igual codicia;
la piel se enciende en los sueños,
los sueños se acaban cuando empieza el día,
el día termina apenas abiertos los ojos.


Pero, ¿cuándo? ¿y ese gesto de los perros,
ese dejo de terror? Parecieran tener cajas en
la lengua y un movimiento
continuo en la cabeza
(dentro de la cabeza).


No hay nada: ni cámaras ni música ambientando
el final feliz. No hay final feliz.
No hay aliento, no hay afuera,
no hay siquiera un intento
por anonadarse
con éxito.


Y quien viene,
sin llegar.


(Macky Corbalán, nacida en Cutral Co. Una de las poetas más talentosas de la Patagonia).